viernes, 27 de noviembre de 2009

¿Qué nos pasa?


Esa sensación que tienen algunos cuando están en cualquier sitio y el tiempo pasa lentamente. Cuando no tienes nada que hacer o simplemente no tienes ganas de trabajar. Estás sentado, pensando, dibujando, rellenando las letras del libro de texto, perdiendo la noción del tiempo a la vez que estás encima de la mesa dando cabezazos cada dos por tres. Esa situación en que estás abstraído, parece que el corazón no te late y estás en un estado de desconexión total.


Aburrirse. ¿Cuántas veces nos hemos quejado? No tengo nada que hacer, estoy aburrido.


Aburrirse, de vez en cuando, es bueno. Son momentos de reflexión, meditación, de darse cuenta de las mil posibilidades de hacer cosas que nunca encuentras el tiempo de hacer. Leer un libro, emocionarte, ver una película, quedar con alguien que hace siglos que no ves son algunas de las posibilidades que te ofrece el aburrimiento. A veces simplemente mirar por la ventana, sentarte en la terraza de un bar o salir a dar un paseo te produce un placer increíble. Estamos tan acostumbrados a correr, a no mirar, a ir siempre a contrarreloj que cuando te aburres cuesta disfrutar de esos pequeños momentos. Simplemente no estamos acostumbrados.

1 comentario: