domingo, 28 de febrero de 2010

Manuscrito encontrado en el olvido

Este segundo cuento habla de las condiciones que tienen que vivir las personas refugiadas de la guerra. De lo mal que viva la gente. La miseria, el mal vivir y la angustia que la gente refugiada de la guerra tenía que pasar. Nos quiere mostrar que en realidad, las personas que se encuentran fuera del campo de batalla de la guerra, son las que en realidad viven los efectos de la guerra y sus malas condiciones, que por tanto los muertos del campo de batalla son muertos por disparos, en cambio los muertos de las personas refugiadas son muertos per otras circunstancias.
Los sentimientos que quiere mostrar el autor con este
cuento son de desesperación, ya que tras la muerte de su mujer, Elena, esta tan mal que hasta pierde el interés por cuidar de su bebé.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Manucrito encontrado en el olvido


En éste segundo cuento del libro, Eulalio, un joven de 18 años y su novia embarazada, huyen de la guerra, y se esconden en una braña en una montaña. La joven muere durante el parto, y Eulalio decide dejar morir al bebé. Pero al final, al cabo de unos días, decide alimentar al bebé, ya que le da lástima dejarle morir.


Aunque él sabe que ambos van a morir, decide intentar salvar al niño con los pocos recursos que tiene, y que a medida que avanza el invierno, van siendo reducidos.
Esta historia fue encontrada en la braña donde vivieron el poeta y el bebé durante sus últimos meses de vida, y que el joven escribió en una libreta durante el tiempo que estuvieron allí, y que se encontró junto a los cadáveres de ambos, junto con algunos restos de la vaca, un vestido de mujer y algunas mantas.

martes, 23 de febrero de 2010

MANUSCRITO DE ESPERANZAS


El segundo cuento titulado, Segunda derrota: 1940 o Manuscrito encontrado en el olvido, relata las experiencias de un manuscrito encontrado en unos archivos. Aún así, no es un manuscrito cualquiera, es un manuscrito de la mano de un poeta que no encuentra un lugar seguro o tranquilo después de la muerte de su mujer. Es un poeta con ilusiones perdidas que intenta llevar a cabo un viaje para huir del calvario pero los hechos se tuercen cuando su mujer rompe aguas en medio del camino.
El poeta se crea ilusiones inexistentes al iniciar su viaje. Después sufre una derrota, no es una derrota cualquiera, sino una derrota a colación de unos intentos de cuidar a su hijo. Unas angustias, frustraciones y derrotas personales que el poeta no puede superar. De todas formas, el poeta intenta llevar a cabo sus rutinas para decirnos que aunque la guerra haya acabado con su hijo y su mujer, no podrá acabar con la ilusión de haber sobrevivido momentáneamente a lo que se denomina una guerra.

lunes, 22 de febrero de 2010

Manuscrito encontrado en el olvido, 1940.

Han pasado tantos años que ya me cuesta leer lo que escribí hace demasiados inviernos. Era 1940 y ella murió. Nos conocimos unos años antes, casi de casualidad y nos enamoramos al instante.

Ella lo era todo para mi. No fue un bueno año. No lo fue para casi nadie. Nos vimos obligados a huir de la ciudad para ir hacia Francia, pero el camino nos costó demasiado. Y más a ella, por supuesto. Más a ella porque estaba embarazada de 8 meses y agotada por la guerra. La intenté convencer de que no viniera conmigo, pero supongo que eso es el amor. Cometer locuras. Y ella hizo una tan grande que se fue de mi lado para siempre. Pero dejó conmigo el que hubiera sido nuestro mejor tesoro... un pequeño ser humano tan frágil que después de su muerte apenas podía mirar.


Los días pasaban y nuestro refugio no era el lugar idóneo para vivir. Hacía demasiado frío y, además, estaba solo. Sin embargo ni se me pasaba por la cabeza alejar a Elena de mi. Es más, incluso me planteé dejarme morir para estar con ella... si no estaba ella ¿para qué valía yo?

Supongo que el niño lo complicó todo. Juro que yo no quería tocarle, ni mirarle... el mejor sitio donde iba a estar él era con su madre. Ella le explicaría todo lo sucedido y estoy seguro de que me perdonaría, porque entendería que era lo mejor para todos. Entendería mis razones y me daría las gracias por no hacerle vivir en una España tan cruel. Sí, estoy seguro.

El día que lo toqué por primera vez, sin embargo...

Sin embargo supe que no podía dejarle morir. Supe al instante que era su padre más que nunca. Supe al instante que él no merecía ser una víctima más de esta tontería llamada guerra. Supe al instante que yo le daría mi calor y le protegería costara lo que costara.

Fue un cúmulo de cosas. Demasiado frío, poca comida, la falta de su madre... a medida que pasaban los días lo que escribía era más difuso. Supongo que enloquecí un poco. Ver a mi amor tumbado en el suelo, blanca, fría, sin moverse... me dolía. Me dolía mucho. Pero me repetía que no podía pagarlo con el crío, que de vez en cuando sonreía. Y cuando lo hacía yo tenía menos frío.

Pasaba el tiempo recordando poemas y autores. Me ayudaban a enlazarlo todo, además mi inexperiencia como padre iba quedando a un lado cada vez que le daba un beso o le preparaba la comida. La literatura era entonces mi mejor compañera; siempre encontraba unos versos que decían exactamente la situación que estaba pasando y, aunque parezca una tontería, a mi me reconfortaba. Me sentía menos solo, aunque menos humano también.

El día en que me desperté y el bebé había muerto se me partió el corazón y estuve recogiendo los trozos durante horas. Durante esos años maduré tanto que todavía me siento joven cuando lo recuerdo. Será porque estas cosas son las que te marcan... será porque Elena y Rafael siempre estarán conmigo.

domingo, 21 de febrero de 2010

Rafael. Rafael. Rafael.

Rafael. Rafael. Rafael. Y así hasta ciento diecinueve veces.
El niño al que primero iba a dejar morir se había convertido en usu única razón para vivir.

Todo comenzó cuandó murió Elena. Me sentía tan sumamente desolado que no podía pensar en nada. Me limitaba a mirar al niño sobre su madre muerta, el niño que había sido la causa de su muerte y a la vez el fruto de ésta.
No supe reaccionar, mi mundo se derrumbó al morir Elena: ya no quería seguir el camino hasta Francia, ya no sabía qué hacer con el bebé recién nacido, ya no quería continuar con mi vida... Todo había sido en vano. La huida ya no tenía sentido, no sin Elena, sin Elena no existía ningún camino que recorrer.
Al crío lo dejaría morir junto a su madre, pues ella hubiera sabido cuidarlo y lo hubiera enseñado a reír.
Todavía no me puedo creer que esté muerta. En aquellos momentos, me puse mirar al rostro pálido y sin vida de Elena sin ser capaz de reaccionar ni de fijarme en otra cosa.

Todo esto no hubiera pasado si hubieramos hecho caso a sus padres, si Elena no me hubiese acompañado en mi huida, si no hubieramos emprendido un viaje interminable estando ella de ocho meses. Si aún me sigo sintiendo terriblemente culpable, ¿cómo creéis que me sentía en aquél instante? Estaba destrozado, desconsolado, atormentado.

Después de varios días devanándome los sesos, me dí cuenta que era mi deber alimentar al niño, no podía dejarlo morir, me sentía responsable de él. Empecé a preguntarme si Elena hubiera querido un hijo derrotado y me encontré dándole a chupar un trapo mojado en leche desleída en agua.

Yo escribía poemas para explicar lo que sentía y para no sentirme tan solo. Ahora que leo lo que escribí, me doy cuenta de que la situación estaba pudiendo conmigo, pues cada vez escribía y dibujaba en mi cuaderno cosas más raras e indescifrables.
A menudo, relacionaba la literatura con la realidad nombrando a poetas y citas como "Infame turba de nocturnas aves" que todavía no sé por qué escribí aquella cita. Supongo que en aquella braña, debía ser el único medio por el cual me relacionaba con la cultura y pensar en literatura y en aquellos personajes como Lorca y Bécquer me permitía evadirme por unos instantes de la difícil situación que estábamos viviendo mi hijo y yo.
"Mi hijo". Ya empezaba a quererlo y a considerarlo algo mío. Fui sufriendo un progreso desde que empezó la historia, si se le puede llamar así, y aunque el niño acabó muriendo y yo acabé por quererlo, besarlo y ponerle un nombre: Rafael.

Los últimos días fueron los más duros, pues se notaba que Rafael tenía hambre, necesitaba calor y sobretodo aliento. Y yo no supe mantenerlo con vida aunque puse todo mi empeño en ello.
Después de la muerte de Rafael, apenas escribí en mi cuaderno, pues el lápiz terminó por acabarse después de mis garabatos con el nombre de mi hijo.

"La guerra no se da sólo en el campo de batalla". Divinas palabras.

MANUSCRITO ENCONTRADO EN EL OLVIDO


La intencionalidad del Manuscrito encontrado en el olvido es que el autor del cuaderno, escribiendo, saca su tristeza, dolor, melancolía y arrepentimiento de dentro. Estos sentimientos vienen provocados por la soledad que le ha dejado la muerte de su mujer que acababa de tener un hijo.

A veces las personas saben expresar mejor lo que les ocurre o sienten escribiendo, desahogando cada pensamiento y momento de impotencia encima de un trozo de papel. Esto es lo que hace Eulalio con el cuaderno, en él podemos ver un sufrimiento desmesurado reflejado en cada página.

Las intenciones de un poeta perdido

El cuento titulado Manuscrito encontrado en el olvido parece ser una reflexión sobre la vida que vivía la gente después de una guerra atroz; y en especial la que le tocó vivir a Eulalio Ceballos, un joven poeta. Eulalio disfrutaba de una vida dedicada a la poesía y a sus celebres maestros. Además gozaba del amor de su pareja y de la alegría del hijo que esperaban. Pero tras la derrota, tuvieron que huir. Y en la huida murió la novia de Eulalio dando a luz al niño. Esta muerte supuso un duro golpe para él y fue el motivo por el que se perdió, desesperado, en todos los sentidos.

El poeta se siente confuso desconcertado por la gran perdida. Una pérdida política y sentimental a la vez. La derrota de una guerra contra la concepción y expresión de los pensamientos individuales. Aquello que fue una lucha por todo lo que él amaba. Por si fuera poco cuando todo terminó le quedo un niño a quien cuidar a la intemperie de la montaña.
El niño, quedó en las manos de un padre frustrado y desesperado que un principio decide dejarlo morir; pero cuando se da cuenta de lo que supondría para él, la muerte de aquel bebe, se apresura a alimentarlo con lo poco que puede conseguir. Eulalio sabe que la muerte del niño supondría permitir otra victima entre aquel cementerio de asesinatos de guerra.

MANUSCRITO ENCONTRADO EN EL OLVIDO


Con este cuento el autor nos quiere mostrar que lo peor de una guerra no son los muertos en el campo de batalla, sino que es la miseria y la mala vida que los civiles tienen que soportar.

Nos quiere decir que los refugiados, después de la guerra, tienen que soportar unas condiciones de vida muy duras.
Las muertes más importantes son la de los civiles, no la de los soldados en el campo de batalla.

El protagonista del cuento está muy deprimido después de la muerte de Elena, su mujer, y no quiere cuidar a su hijo acabado de nacer. Al principio, quiere dejar morir al niño pero luego le va dando de comer para que pueda vivir.

sábado, 20 de febrero de 2010

INTENCIONES DE MANUSCRITO ENCONTRADO EN EL OLVIDO

La intención principal es transmitir el sufrimineto y dolor que causa una guerra. Esto nos lo intenta transmitir el autor mediante la narración de como viven un padre y su hijo recién nacido despues de la muerte de la madre. La guerra había finalizado pero no el dolor y sufrimiento de las familiar republicanas. Eulalio y su hijo no tenian comida ni casa. Solo un cobijo frío a causa de la nieve y una vaca enferma sin alimentar. Eulalio, poeta, aprendió a querer a su hijo y tratar de cuidarlo de la mejor manera que supo. Le dió leche de vaca hasta que ésta murió. Pronto el niño también murió. Los días que pasaron allí fueron unos dias solitarios y abrumadores. Eulalio se encontrba desconcertado y con miedo de que los franquistas los encontraran. Helena , su mujer, había muerto y este dolor le habrío una herida incurable, que arrastró estos ultimos dias de su vida.

Seguna derrota: 1940 o Manuscrito encontrado en el olvido.

Sin duda alguna, una guerra es de las pocas cosas que la mayoría de nosotros nunca llegaríamos a desear.

Eulalio, un joven con, quizás, muchas expectativas de futuro, o quizás no. Eulalio, un joven con, quizás, ganas de vivir la vida, o quizás no. Eulalio, un joven que fuera como fuera, pensara lo que pensara y deseara lo que deseara, perdío todo lo que fue, pensó, o deseó, tan rápido como se enciende la luz al darle al interruptor.

Un sueño se le cumplía al mismo tiempo que su peor pesadilla se hacía realidad. Su mujer daba a luz a su hijo. Su mujer al ver la luz al final del túnel murió. ¿Cómo se puede seguir adelante si te arrancan un trozo de tu vida? Eulalio no daba con la respuesta correcta. Entre las pocas respuestas posibles, decidió, en un principio, escoger la más fácil: dejar morir a su hijo. ¿Qué otra cosa iba a hacer? 18 años, huyendo de una guerra, perdiendo el amor que tanto cuesta encontrar, sin ánimos, sin moral y con un hijo...

Para Eulalio esa situación nunca antes vivida era muy dura, tan dura como una roca. Tan dura, tan oscura... Los días pasaban, como nubes arrastradas por el viento. Eulalio, con una chispa de esperanza con la que despertó una mañana, decidió empezar a alimentar a su hijo.
Es verdad que una guerra, aunque vivida desde fuera, te deja un mal sabor de boca, y unas pocas ganas de seguir. Pero, tal vez, siendo un civil inocente, no vio la razón de porque algo que a él no le repercutía tenia que afectarle de esa manera. Es decir, ¿decidió él, iniciar la guerra? No. ¿Por qué no podía decidir entonces, seguir adelante?

La chispa de esperanza de esa mañana, duró varios días. Eulalio dio todas sus fuerzas para su hijo. Aunque fuera duro, desconsolador, él dio todas sus fuerzas para su hijo.


¿Os creéis que una guerra de éstas, solo deja derrotas en el campo de batalla?

Los días pasaban, Eulalio seguía aprovechando al máximo la vaca, la alimentaba, al mismo tiempo que a su hijo, al que aún no le había puesto nombre.
El tiempo no acompañaba demasiado. El pequeño no aguantó, murió. En ese momento fue cuando Eulalio decidió que llamaría a su hijo Rafael, como a su padre. Por lo menos algo de sus alegrías seguiría en pie, aunque fuera en su memoria. El nombre de su padre, el de su hijo. De sus pasadas alegrías, que le ayudarían en sus futuros días.


¿Dime ahora qué hacemos con las vidas de muchas personas, que pasan por situaciones como éstas por algo que no les incumbió? ¿Dime ahora, crees que elegimos bien al optar por la guerra?


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viernes, 19 de febrero de 2010

El dolor de Eulalio

En el segundo cuento de Los Girasoles Ciegos, Manuscrito encontrado en el olvido, Alberto Méndez describe unas situaciones muy duras, que son vividas por un chico de 18 años llamado Eulalio Ceballos y su hijo. Méndez nos explica el sufrimiento causado por la Guerra Civil a millones de personas a través de este chico, que ha tenido que huir de su pueblo por cuestiones políticas con su novia embarazada, ya que es republicano. Pero su novia Elena muere de parto, aunque el niño sobrevive. En la realidad también sucedió algo parecido ya que muchos republicanos fueron matados por sus convicciones, y los que no, tuvieron que escapar por miedo a lo que les pudieran hacer los fascistas.
Así que en este cuento, el autor nos transmite el dolor que sufrió este joven solo por no estar de acuerdo con las ideas de extrema derecha. Nos muestra el dolor de perder a un ser querido, como es el caso del chico, que pierde a su novia Elena. Nos transmite el dolor de dejar el hogar por miedo a que los fascistas le puedan matar, a él y a su enamorada. Además, como el protagonista es bastante joven, no sabe qué hacer con su hijo, así que el cuento nos enseña la inexperiencia ante las situaciones nuevas, antes nunca vividas. También podemos observar que el protagonista entiende mucho de poesía y sabe muchos poemas de memoria. Así que esto nos transmite la importancia de la cultura sobre nuestras vidas, y sobretodo para el joven del cuento. Pero el protagonista padece tanta hambre que empieza a olvidarse de los poemas, y el frío que hace en esas montañas heladas no ayuda. Eso nos hace ver que en situaciones precarias, con poca comida y mucho frío, la gente puede empezar a perder rasgos de su memoria. Además, Eulalio está muy deprimido, hasta el punto de querer dejar morir a su hijo porque sabe que no lo podrá alimentar.
En conclusión, el cuento nos quiere transmitir la pena y el sufrimiento que una persona puede llegar a padecer por culpa de enemigos políticos, pero que al lado de un hijo querido se puede hacer algo más llevadero.

miércoles, 17 de febrero de 2010

LAS RAZONES DEL CAPITÁN ALEGRÍA


En el libro de Alberto Méndez, Los girasoles ciegos, dentro del primer cuento titulado Primera derrota o Si el corazón pensara dejaría de latir podemos ver como el Capitán Alegría abandona el bando fascista en el momento en que ganan.


Este abandono tiene razones por las cuales lo hace; el Capitán Alegría siente que ha ganado pero es una victoria terrorífica, es decir, la manera que han ganado los fascistas es una derrota que él no quiere compartir ya que se aterroriza a todo el país habiendo ganado. Alegría, ve que se está sobreactuando en esta guerra y por eso decide abandonar. Es una derrota en la que no se quiere ganar, sino masacrar, es por esto que decide abandonar. El Capitán Alegría siente que se está acabando con la población, sin ser este el objetivo, es por esto que decide abandonar.

Mai Vincerò


Quizás, Alegría soñó como el Principito, y su sueño fue huir atando bandadas de pájaros a sus manos en busca de otro lugar donde empezar un nuevo viaje. Quizás, cuando su mentira se convirtió en cotidiana y la soledad le inmovilizó, ya era demasiado tarde para cortar las cuerdas que le ataban a aquellas bandadas. Quizás, a lo lejos divisó otros paisajes intuyendo que la vida estaba allí. Quizás, pensó en qué dura les sería la derrota, en qué duro sería todo lo que soñaban. Y así, quizás, Alegría pensó en la opera de Puccini y se sintió como Il principe ignoto de una guerra que nunca, Vincerò!

lunes, 15 de febrero de 2010

Las razones del capitán Alegría

Carlos Alegría, capitán de Intendencia y del bando fascista se rinde pocas horas antes de obtener la victoria contra los republicanos y éste se entrega a ellos.

Lo señalan como cobarde y traidor, pienso que el capitán Alegría no es un cobarde si no todo lo contrario ya que no quería hacer más daño y no quería seguir viendo morir a gente como bien refleja en esta frase: "No puedo ser participante de una victoria así, no quiero ganar de esta forma".

Se deja guiar por sus sentimientos, aun así él sabiendo que si los sublevados lo llegan a encontrar lo matarían.
Lo que se temía se llevo a cabo, los fascistas dieron con él y le pegaron un tiro que por suerte solo le rozó y que le dejó inconsciente. Ya enterrado, salió a la superfície y tuvo la suerte que una anciana le cuidara...

Más adelante Alegría todavía con la esperanza de volver a ver a su familia y a su novia se pega un tiro, ya que él sabía que de una forma u otra iba a morir en manos de los fascistas o por su propio estado físico. Se sentía cansado tanto físicamente como psicológicamente ya que nadie pudo llegar a comprenderlo.

Si el corazón pensara dejaría de latir.


El día antes de ganar la Guerra Civil, el capitán Alegría, se rinde ante los republicanos, sus enemigos. Puede que el capitán Alegría fuera un cobarde, pero yo pienso que era fiel a sus sentimientos. Él no quería ganar la guerra matando a sangre fría a sus enemigos, y no lo hizo ya que su arma no se había utilizada nunca. El capitán pertenecia al lado fascista, pero no quería obtener la victoria matando a tanta gente inocente, aunque fueran sus enemigos.


Cuando el cuento se está acabando el capitán Alegría decide suicidarse. Creo que toma está desición porque no quiere que la gente importante para éñ (sus padres, su novia, ...) lo vean como un perdedor y un rendido.

Primera derrota: 1939 o Si el corazón pensara dejaría de latir.

El capitán Alegría se rinde un día antes de ganar la guerra, porque ve que esta muriendo mucha gente y la verdad a él no le gusta. Su arma no la ha disparado y quizás sea por eso.

Él, que es del bando de los fascistas, y a medida que la guerra avanza, se va dando cuenta que las intenciones de su bando no son simples, ganar la guerra. Sinó que lo que quieren es matar a cuantos más republicanos mejor. Y él se da cuenta de que no es así como quiere ganar, "No puedo ser participante de una victoria así, no quiero ganar de esta forma", dice. Sus alegrías y sueños no quería medirlos por el numero de muertos, sinó por las satifacciones de una victoria menos sangrienta.

Luego cuando es fusilado y enterrado y consigue escapar... es tanto el cansancio, el dolor, la cobardía, el sentimiento de derrota (aunque su bando fuera ganador) que lo más normal a sido que se pegara un tiro. Ya no aguantaba más. Y entre sufrir, o morir... escojió la segunda opción. Un poco cobarde, pueden pensar algunos, pero ¿que otra opción tenía?




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Si el corazón pensara dejaría de latir.


Pocas horas antes de acabar la guerra, el capitán Alegría, de Intendencia, se rinde, ante el asombro de los Republicanos y los Facistas.


Cuando se rinde, nadie comprende el porqué de esa conducta, ya que al formar parte del ejercito que al cabo de pocas horas venció la guerra, sería más comprensible que no lo hiciese, y al llevar a cabo esta acción, provoca la desconfianza de ambos bandos.


La razón principal que llevó al capitán Alegría a rendirse fue que no le gustaba la manera con la cual el ejercito fascista ganó la guerra, ya que si hubiesen querido, podrían haber acabado la guerra mucho antes y provocar menos muertos de los que hubo. En parte, hubo tantos muertos porque los del bando republicano no tenían ni el armamento ni la experiencia que tenían los fascistas, ya que los de este bando eran civiles.

Si el corazón pensara dejaría de latir... Las razones del Capitán Alegría


"No puedo ser participante de una victoria así, no quiero ganar de esta forma".

Un día antes de la victoria fascista, el Capitán Alegría, miembro del ejército franquista, toma la decisión de rendirse. Nadie entiende su voluntad: ni los del bando sublevado, ni mucho menos los del bando republicano cuando éste les llega con las manos en alto y con el anuncio "Soy un rendido".

Lo incomprensible que les resulta la actitud del Capitán Alegría a ambos bandos de la guerra, para mí resulta perfectamente comprensible: Alegría es un fascista, de eso no cabe duda, pero él sí que sabe qué no es: un asesino.

Lo más seguro es que a medida que iban avanzando las tropas franquistas por encima de las republicanas, el Capitán Alegría fue dándose cuenta de que las intenciones de su bando no eran ganar la guerra, sino matar al máximo número de contrarios posible.

Ante esa actitud que contrasta con su manera de ser, su moral y sus ideales, el Capitán Alegría toma la difícil decisión de rendirse a los republicanos e huir del bando franquista, sabiendo lo que eso supone: si los sublevados vuelven a dar con él, lo matarán.

Sin embargo, creo que Alegría no se esperaba tal recibimiento por parte de los republicanos, que albergan la duda de si quiere atacarles desde dentro, o si trama cualquier otra cosa contra ellos.

Después de una pequeña odisea, acaban fusilándolo las tropas franquistas, pero tiene la suerte de sobrevivir y salir a la superficie nadando entre cadáveres.

Y después de que una anciana lo curara, viaja hasta su pueblo de origen y se pega un tiro, cansado de que no lo comprendan, sabiendo que tarde o temprano volverán a atraparlo y matarlo... pero, aun así, orgulloso por su decisión, con la cabeza bien alta, y con la esperanza de volver a ver a su familia y a su novia.

El Capitán Alegría

El Capitán Alegría, del bando fascista, se da cuenta de que la guerra en la que está participando no tiene ningún sentido. El Ejército Nacional con el que él está luchando está mucho mejor preparado que el Frente Popular, tienen más armas, comida y soldados más cualificados por lo que la guerra podían haberla ganado de una forma más rápida y limpia.
El Capitán Alegría esta convencido que lo único que pretendían era matar a cuanta más gente mejor y decide que se entregará y abandonará su bando. Él cuando acabe la guerra no quiere estar con los vencedores, se avergüenza de tanta matanza.
Está destrozado ante tanta muerte gratuita y a mi parecer, en un acto de valentía, decide rendirse.

Una rendición entre la victoria

Carlos Alegría era un fascista del ejercito nacional, nunca habia luchado, siempre había hecho la guerra en la retaguardia, así que su parte en aquella guerra habría sido menor que la de otros si no hubiera sido por su incomprensible actitud en aquel dia de gloria i de incertidumbre.
Era capitán en Intendencia, però eso no queria decir que no fuera valiente por què el primero de abril del '39 abandonó su puesto para entregar-se a una situación rara, una situación que le conduciria a la muerte. Hubiera sido fácil dejar-se llevar por el curso del río victorioso que tras la victoria en el frente invadió la ciudad, però solo és se dió cuenta. Solo él adivinó la verdadera conducta de los guerreros de su bando.
Quando el ejercito nacional emprendió su guerra de conquista, no pretendía ser, solo una guerra de ocupación territorial, sus pretensiones llegaban mucho más lejos, hasta el punto de querer conquistar cada una de las almas de cada español. Tomarón la missión de purgar a España de los que llamaban "rojos"; y esto fue lo que motivó al capitán Alegria a desertar del ejercito nacional y rendir-se al republicano, por què no queria tomar parte de aquella massacre irracional contra aquellos que no pensaban como los fascistas.Carlos Alegría no queria ganar como lo hacían los fascistas.

Las razones del Capitán Alegría

… Y por fin me llamaron para subir al camión que me llevaría al lugar donde los vencedores entendían que restablecían su orden… pero también allí aniquilaban a los vencidos. Así no habría voces que recordaran sus acciones, que lucharan contra la injusticia. Nadie les podría recordar el llanto del niño que había perdido a su madre, o, lo que es lo mismo, el dolor de la madre que había visto morir a su hijo.


Los vencidos no gritan. Los vencidos no protestan. Los vencidos solo lloran… si pueden, si les quedan todavía lágrimas después del horror vivido durante tanto tiempo. Ya no tienen fuerzas.


Los vencedores se emborrachan de su triunfo y matan, matan, matan para callar los gritos de su conciencia. Justifican sus actos, justifican los horrores por el bien de la patria, pero yo no quiero ser su cómplice… por eso soy un rendido, soy un rendido de los vencedores que se ha cambiado de bando en el último momento. Soy un rendido incapaz de soportar el triunfo impregnado de venganza.


¿Quién va a entenderme? He visto demasiado. Otros han sufrido incluso más. Yo no puedo estar al lado de los vencedores, aunque tampoco podría estar al lado de los vencedores si hubieran sido los ortos.

Lo absurdo del asunto que se convierte en un enfrentamiento, sin posibilidad alguna de diálogo, que divide el pueblo –que debería ser indivisible- en dos bandos que dan el cara a cara en una lucha horrible, porque el precio es demasiado alto. Yo, en mi interior, tengo que vencer a mi propio enemigo: yo mismo.


Yo no puedo vengarme de mi mismo.


No puedo entender al vencedor. Por eso, precisamente, muero. Porque no puedo ser vencido y vencedor al mismo tiempo. Porque la guerra es absurda y el dolor y el horror ha sembrado la muerte en ambos lados.

Porque unos han llorado, y otros también, porque unos han sufrido, y otros también… porque, en definitiva, unos han muerto… y los otros también.


Yo no puedo justificar todo ese horror… yo no puedo ser vencedor,… por eso muero.


Mis motivos son decentes y estoy seguro de que muchos algún día los comprenderán.

domingo, 14 de febrero de 2010

RAZONES DEL CAPITÁN ALEGRÍA (LOS GIRASOLES CIEGOS)



El capitán alegría era del bando fascista y un día antes de ganar la guerra, se rindió ante sus enemigos. Podemos pensar que era un cobarde y que se vio acorralado pero yo creo que hay muchas más razones detrás de ese acto. Su arma nunca la usó, de modo que no le gustaba la muerte, aún que fuera para el enemigo. No es que no quisiera dominar España y gobernarla, pero es una injusticia que para poder hacer esto tengan que morir tantas personas, que de alguna manera, son inocentes que defienden sus derechos, personas que no quieren ser sumisas a un líder. Razones por las que el capitán alegría dejará su bando y se rindiera también el cansancio físico y psicológico que una guerra provoca. Al final, este capitán, se suicida. Se suicida por su estado fatal físico. También porqué aunque quiere ver a su familia y novia, no podría soportar que lo trataran de traidor. Se suicida porqué se considero un hombre “acabado”.

Razones del Capitán Alegría, de "Los Girasoles Ciegos"


El Capitán Alegría creo que dejó su cargo de capitán un día antes de la victoria fascista porque en realidad no le gustaba ver a la gente morir. De hecho, él no tocó nunca su pistola, es decir, que nunca la utilizó. Él era fascista y quería ver a los de su bando ganar y hacerse con el Gobierno Español, pero no quería matar a civiles inocentes que, aunque no eran de su bando, no le habían hecho daño. Al Capitán Alegría tampoco le gustaba ver morir a los fascistas, a sus amigos y compañeros, en el campo de batalla. Por eso se rinde. Él no está de acuerdo en que, para ganar la batalla, se tenga que matar a cientos de miles de inocentes.

Al final del cuento, cuando se suicida, creo que lo hace porque aunque tiene la esperanza de ver a su novia, a sus amigos y a su familia, no quiere que lo vean en ese estado y tampoco que sepan que se ha rendido, y que lo tachen de cobarde y de traidor. También lo hace porque tiene un dolor y un cansancio físico tan grande que no aguanta más.