viernes, 27 de noviembre de 2009

La doncella amapola

Era tu silueta grácil,
como una dulce flor de miel,
tendida al sol, muy frágil,
pequeña, en el trigal.

En su tez clara y sorojada,
yacía decidida su sonrisa,
como una puerta de amor velada,
pidiendo abrirse sin prisa.

Sus suaves cabellos se difuminaba,
con el trigo y sus delgadas espigas,
como una corona al sol brillaban,
estirados como aristas suaves, tendidas.

Provocativa i sensual nacía
aquella flor vestida en rojo ardiente,
amor de rosa mucho quería
bajo estival sol caliente.

Preciosa flor, tu amapola,
pasión de los dorados trigales,
erótica macula,
que del trigo tú eres.

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