El Capitán Alegría creo que dejó su cargo de capitán un día antes de la victoria fascista porque en realidad no le gustaba ver a la gente morir. De hecho, él no tocó nunca su pistola, es decir, que nunca la utilizó. Él era fascista y quería ver a los de su bando ganar y hacerse con el Gobierno Español, pero no quería matar a civiles inocentes que, aunque no eran de su bando, no le habían hecho daño. Al Capitán Alegría tampoco le gustaba ver morir a los fascistas, a sus amigos y compañeros, en el campo de batalla. Por eso se rinde. Él no está de acuerdo en que, para ganar la batalla, se tenga que matar a cientos de miles de inocentes.
Al final del cuento, cuando se suicida, creo que lo hace porque aunque tiene la esperanza de ver a su novia, a sus amigos y a su familia, no quiere que lo vean en ese estado y tampoco que sepan que se ha rendido, y que lo tachen de cobarde y de traidor. También lo hace porque tiene un dolor y un cansancio físico tan grande que no aguanta más.
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